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Poner fin a la violencia contra las mujeres y las niñas y al feminicidio:

reto clave para la construcción de la sociedad del cuidad


La violencia contra las mujeres y niñas, el femicidio, feminicidio o las muertes violentas de mujeres por razón de género, nos hacen ver la persistencia de los nudos estructurales de la desigualdad de género, la discriminación y la violencia por razón de género contra las mujeres y las niñas en América Latina y el Caribe. Los patrones culturales patriarcales, discriminatorios y violentos son uno de los nudos más complejos de desarticular. La violencia no conoce de fronteras afecta a mujeres y niñas de todas las edades y se produce en todos los espacios, desde el ámbito doméstico hasta los espacios públicos. La violencia puede verse en el área de trabajo, en el ámbito político, en el transporte, calles, escuelas, hogares y otros lugares en los cuales las mujeres visitan cotidianamente. El secretario general de las Naciones Unidas António Guterres lo ha llamado “pandemia en la sombra”.


El Secretario General de las Naciones Unidas hace una invitación a la comunidad para asumir un compromiso colectivo para eliminar la violencia. Como parte de esta iniciativa el Sr. Antonio Guterres creo una a campaña llamada “Únete de aquí al 2030 para poner fin a la violencia contra las mujeres”. Reconociendo la importancia de la lucha que han realizado los movimientos de mujeres. Esta campaña convoco en el 2022 a unirse al activismo con el propósito de ponerle fin a la violencia.



Ante el gran silencio que se ha observado en la mayoría de los países, fueron las organizaciones y las activistas feministas quienes iniciaron el camino de recopilar datos y construir información sobre femicidios o feminicidios en varios países de la región. La actuación que han tenido las organizaciones y las activistas ha sido de gran ayuda para la aprobación de reformas legislativas, la formulación de planes de acción y políticas específicas para el abordaje integral de las violencias contra las mujeres y niñas, y la destinación de recursos para financiarlos. No se puede dejar de mencionar que también existe una Agenda Regional de Genero, la cual durante 45 años se ha encargado de ser una agenda innovadora e integral hacia la igualdad y autonomía de las mujeres. La Agenda Regional de Género tiene como marco principal la Convención sobre la Eliminación de Todas las Formas de Discriminación contra la Mujer, de 1979, y la Convención Interamericana para Prevenir, Sancionar y Erradicar la Violencia contra la Mujer (conocida como Convención de Belém do Pará, de 1994), primer instrumento internacional de carácter vinculante que reconoció el derecho de las mujeres a una vida libre de violencia, tanto en el ámbito público como en el privado.


En América Latina existen sobre 10 paises que obligan al registro de datos sobre las diversas formas de violencia de género, incluido el femicidio o feminicidio, así como a su análisis y difusión. No podemos dejar de mencionar que los recursos financieros y la tecnología para la creación de información con calidad siguen siendo un problema sumamente grande. A pesar de todos los logros alcanzados, las encuestas nacionales disponible revelan el 63% y el 76% de las mujeres y niñas han experimentado algún episodio de violencia por razón de género en distintos ámbitos de su vida. Según estimaciones que se realizaron, se esperaba que para el 2018 en América Latina y el Caribe 43 millones de mujeres de entre 15 y 49 años es decir, 1 de cada 4 mujeres experimentarían violencia física y/o sexual por parte de su pareja al menos una vez a lo largo de su vida (OMS, 2021).


Las estimaciones en el área de las parejas, establece que es una realidad que se vive en América Latina y el Caribe. En un grupo minoritario de países, las estimaciones indican que más de un 30% de las mujeres han vivido violencia por parte de una pareja (Bolivia, Colombia, Ecuador, Guyana y Perú), mientras que en un amplio grupo este porcentaje varía entre el 20% y el 29% (Argentina, Belice, Brasil, Chile, Costa Rica, El Salvador, Granada, Guatemala, Haití, Jamaica, México, Nicaragua, Suriname y Trinidad y Tabago). Finalmente, en siete países se estima que la prevalencia es inferior a un 20% (Cuba, Honduras, Panamá, Paraguay, República Dominicana, Uruguay y Venezuela.

Podemos ver como las cifras han revelado lo arraigado que esta el patriarcado, patrones violentos, discriminatorios los cuales desvalorizan a la mujer dentro de la sociedad. Se dice que hace una década y media América Latina y el Caribe han reconocido la gravedad de la violencia contra la mujer y las muertes violentas. Estudios cualitativos han identificado la existencia de “contextos de violencia femicida” en la región, que exacerban la ocurrencia de muertes violentas de mujeres por razón de género. Entre ellos, se destacan los contextos en los que existe fuerte presencia de la delincuencia organizada, violencia estructural y crónica, inseguridad ciudadana e intensos flujos migratorios (Programa Regional de la Iniciativa Spotlight para América Latina, 2021).


El poder tener información estadística de calidad va más allá de simplemente contar las víctimas. Para que la información funcione y se puedan diseñar políticas publicas las cuales ayuden a las mujeres y niñas es importante conocer una serie de datos clave, como las características de las víctimas y los agresores, la relación entre ellos, los contextos en que se desarrollaron estos delitos, el medio utilizado para causar la muerte y si la víctima había presentado alguna queja previa contra el agresor, entre muchos otros detalles claves.

En 2021, al menos 781 niñas, niños y adolescentes y otros dependientes perdieron a su madre o cuidadora a causa del femicidio o feminicidio en solo 10 países de la región que cuentan con datos al respecto. Este número revela el gran impacto que tiene la violencia de género no solo en las mujeres víctimas, sino también en sus familias, la comunidad y la sociedad en su conjunto. En América Latina, un grupo creciente de países ha ido incorporando en sus marcos legales y en políticas públicas la garantía para que los hijos e hijas de mujeres víctimas de femicidio o feminicidio reciban reparaciones económicas y servicios de atención integral.


La violencia por razón de género es un fenómeno que se expresa de diferentes formas y afecta a las mujeres de manera transversal. Para visibilizar diferentes aspectos de esta grave violación de los derechos humanos, el Observatorio de Igualdad de Género de América Latina y el Caribe pone el foco en la situación frente a la violencia de niñas y adolescentes mujeres, dado que la discriminación de género adquiere particularidades específicas cuando se cruza con la edad y el ciclo de vida, factores que también representan un eje determinante de la distribución del bienestar y el poder en la estructura social (CEPAL, 2016).


La violencia sexual es una de las formas de violencia en que la desigualdad de género se manifiesta de manera más evidente. Se ha constatado que tanto mujeres adultas como niñas y adolescentes mujeres presentan una mayor exposición a este tipo de violencia que los hombres de sus mismos grupos etarios. A su vez, los matrimonios y uniones infantiles, tempranos y forzados constituyen una manifestación de violencia de género y una práctica nociva y violenta, que afecta fuertemente el desarrollo integral de niñas y adolescentes, y las expone a situaciones de violencia, embarazos no deseados a temprana edad y sobrecarga de trabajo de cuidados cuando todavía no han consolidado sus trayectorias educativas o sus decisiones laborales. Aquellas mujeres que se casan o se unen a temprana edad están más expuestas a sufrir algún tipo de violencia dentro de la relación de pareja que aquellas que se unen en edad adulta (UNICEF, 2019).


Lograr la autonomía y el empoderamiento de las mujeres y las niñas en toda su diversidad es un compromiso que los países de la región asumieron en el marco de la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible. Construir una sociedad del cuidado y un nuevo modelo de desarrollo que ponga la sostenibilidad de la vida en el centro solo será posible si se avanza en dirección al cumplimiento de los Objetivos de Desarrollo Sostenible, garantizando asimismo el derecho de todas las mujeres y niñas a vivir una vida libre de todas las formas de violencia.



Referencias:


De la sociedad del cuidado, P. F. a. la V. C. las M. y. las N. y. al F. R. C. P. la C. (n.d.). América Latina y el Caribe. Cepal.org. Retrieved October 21, 2023, from https://repositorio.cepal.org/server/api/core/bitstreams/5176486b-d060-4255-ac74-d1dc8eec9bf3/content

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